Pasión por el negocio: El empresario debe tener más que un interés casual en el negocio, porque habrá muchos obstáculos y problemas por vencer. Si no tiene la pasión o un interés que lo consuma, el negocio no tendrá éxito. Steven Jobs, cofundador de Apple Computer, dice que su compañía tuvo éxito no porque fuera una buena idea, sino porque fue "construida con el corazón". Implica un compromiso personal o emocional.
Tenacidad a pesar del fracaso: Puesto que deben vencerse obstáculos y problemas, el empresario debe ser persistente y no declararse vencido con facilidad. Muchos empresarios de éxito lo tuvieron sólo después de haber fracasado varias veces. Se ha dicho que los empresarios de éxito no tienen fracasos, sino experiencias de aprendizaje. Sabían que las dificultades simplemente son oportunidades con un atuendo de trabajo. Paúl Goldin, CEO de Score Board Inc., asegura: "Uno no debe temer al fracaso. Tal vez haya necesidad de volver a intentarlo siete u ocho veces".
Walt Disney fue a la quiebra tres veces antes de filmar su primera película de éxito. Henry Ford fracasó dos veces. Nunca hubieran tenido éxito si se hubieran rendido con facilidad. Joe Namath, el exitoso mariscal de campo de fútbol americano, hace la mejor descripción de una actitud positiva hacia el fracaso cuando afirma: "Nunca he perdido un juego, aunque algunas veces se me ha acabado el tiempo antes de ganar."
Confianza: Los empresarios tienen confianza en sus habilidades y en el concepto de negocios. Creen que poseen la habilidad de lograr todo aquello que se propongan. Sin embargo, esta confianza no carece de fundamento. Es frecuente que tengan un conocimiento profundo del mercado y la industria, y hayan llevado a cabo meses (y en ocasiones años) de investigación. Es común que los empresarios se compenetren en una industria mientras trabajan para otra persona. Esto permite obtener conocimientos y cometer errores antes de lanzarse por cuenta propia. Un empresario de éxito describe esta ventaja diciendo: "Prefiero aprender a manejar en la bicicleta del vecino, y no en la mía."
Autodeterminación: Casi todas las autoridades sobre empresariado reconocen la importancia de la automotivación y autodeterminación para el éxito en los negocios. Jon P. Goodman, director del programa empresarial de University of Southern California, declara que la autodeterminación es una señal crucial del empresario de éxito, porque éste actúa por voluntad propia. Nunca son víctimas del destino. El empresario cree que su éxito o su fracaso depende de sus propias acciones. Esta característica se conoce como el centro interno de control. Una persona que cree que el destino, la economía u otros factores externos son los que determinan el éxito, tiene un centro externo de control y no es probable que triunfe como empresario.
Manejo del riesgo: A menudo el público general cree que los empresarios toman
Tenacidad a pesar del fracaso: Puesto que deben vencerse obstáculos y problemas, el empresario debe ser persistente y no declararse vencido con facilidad. Muchos empresarios de éxito lo tuvieron sólo después de haber fracasado varias veces. Se ha dicho que los empresarios de éxito no tienen fracasos, sino experiencias de aprendizaje. Sabían que las dificultades simplemente son oportunidades con un atuendo de trabajo. Paúl Goldin, CEO de Score Board Inc., asegura: "Uno no debe temer al fracaso. Tal vez haya necesidad de volver a intentarlo siete u ocho veces".
Walt Disney fue a la quiebra tres veces antes de filmar su primera película de éxito. Henry Ford fracasó dos veces. Nunca hubieran tenido éxito si se hubieran rendido con facilidad. Joe Namath, el exitoso mariscal de campo de fútbol americano, hace la mejor descripción de una actitud positiva hacia el fracaso cuando afirma: "Nunca he perdido un juego, aunque algunas veces se me ha acabado el tiempo antes de ganar."
Confianza: Los empresarios tienen confianza en sus habilidades y en el concepto de negocios. Creen que poseen la habilidad de lograr todo aquello que se propongan. Sin embargo, esta confianza no carece de fundamento. Es frecuente que tengan un conocimiento profundo del mercado y la industria, y hayan llevado a cabo meses (y en ocasiones años) de investigación. Es común que los empresarios se compenetren en una industria mientras trabajan para otra persona. Esto permite obtener conocimientos y cometer errores antes de lanzarse por cuenta propia. Un empresario de éxito describe esta ventaja diciendo: "Prefiero aprender a manejar en la bicicleta del vecino, y no en la mía."
Autodeterminación: Casi todas las autoridades sobre empresariado reconocen la importancia de la automotivación y autodeterminación para el éxito en los negocios. Jon P. Goodman, director del programa empresarial de University of Southern California, declara que la autodeterminación es una señal crucial del empresario de éxito, porque éste actúa por voluntad propia. Nunca son víctimas del destino. El empresario cree que su éxito o su fracaso depende de sus propias acciones. Esta característica se conoce como el centro interno de control. Una persona que cree que el destino, la economía u otros factores externos son los que determinan el éxito, tiene un centro externo de control y no es probable que triunfe como empresario.
Manejo del riesgo: A menudo el público general cree que los empresarios toman
altos riesgos; no obstante, esto suele no ser cierto. En primer lugar, como ya se dijo, más de dos terceras partes de las personas que están tratando de comenzar un negocio tienen un trabajo de tiempo completo o parcial o están manejando otro negocio. No invierten todos sus recursos y tiempo en el negocio sino hasta que parece viable. Los empresarios a menudo definen los riesgos durante una etapa temprana en el proceso, y los minimizan en todo lo posible
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